Respuestas puramente fisiológicas: aumento de la tasa cardíaca, la presión sanguínea o la actividad respiratoria. Esta activación excesiva puede hacer que los órganos "diana" o afectados se desgasten demasiado sin que de tiempo a recuperarse, produciendo agotamiento de los recursos y la aparición de algún trastorno de origen somático (hipertensión, cefalea, ulceras pepticas, disfunciones sexuales....
Las respuestas emocionales se han confundido, a veces, con las propias respuestas de estrés, pudiendo encontrarse frecuentemente emociones "negativas" como ira y tristeza.
Cuando el órgano diana es el cerebro los trastornos serán mucho más generalizados y podemos encontrar estados anímicos con predominio de sintomatología depresiva y ansiosa. Un aspecto a tener en cuenta es el tiempo, la ansiedad está mas relacionada con estados de estrés temporal (situaciones de duración puntual y moderada), la depresión, por el contrario, está más ligada a una situación más crónica y duradera.
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